5 DE MARZO. SÁBADO.
6 grados bajo cero. Día 9 de la guerra.
En el Metro muchos leen, pero ahora lo hacen desde sus
celulares. Pocos leen libros de papel. Yo cargo mi Tolstoi y sus reflexiones
filosóficas. Salimos por la estación Prospiet Mira hacia el Parque de futuro.
Caen algunas estrellas de nieve. El viento muy frío sopla constantemente. Entre
los árboles desnudos vuelan algunos pajarillos con sus trinos.
En la calle Tverskaia está el museo o casa donde vivió
Nikolái Ostrovski, cuyo libro “Así se templó el acero” leímos en tiempos de
estudiante universitario. “Lo más preciado que posee el hombre es la vida, se le
otorga una sola vez y hay que saber vivirla de modo que al final de los días no
se sienta pesar por los años pasados en vano, para que no exista una angustia
por el tiempo perdido y para que al morir se pueda exclamar “toda mi vida y
todas mis fuerzas han sido entregadas a la causa más noble en este mundo, la
lucha por la liberación de la humanidad” (Ostrovski ).
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