23 DE FEBRERO.MIÉRCOLES
Partimos del aeropuerto Juan Santamaría cerca de las
cuatro de la tarde. En veinte minutos el avión empezó a descender
inexplicablemente. Estábamos en Liberia (Guanacaste) para abastecernos de
combustible (¿). ¡ Toda una irregularidad! Después supimos que se debió al
inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, por eso el avión tenía que desviar
su ruta y necesitaba más combustible.
El viaje era de once horas de vuelo hasta Zúrich, pero
se alargó un poco. El calor en el avión era insoportable y no podía conciliar
el sueño. Vi varias películas: Casablanca, Frankenstein y The Little things. A
todos estos contratiempos se agregaron otros:
en el aeropuerto Domodiedovo de Moscú me retuvieron por casi dos horas
mientras revisaban mis documentos con una lupa y faltaron dos de nuestras
maletas.
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