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EN EL HOTEL KASPIY.
El otoño es suave porque las temperaturas no
son tan bajas como en Moscú, por eso la vestimenta que usamos es más ligera.
Cuando cayó la primera nevada fuerte en Moscú (27 de octubre), aquí en Majachkalá
la gente andaba sin abrigos.
Lida,
Katia y Valia se marchan en un taxi, y nosotros, Natalia y yo, nos vamos en
otro. La entrada nos parece conocida porque nos recuerda las ciudades de
Venezuela. En media hora llegamos a
nuestro hotel “Gostinitsa Kaspiy”, a pocos metros de las playas del Mar Caspio,
hasta el punto de que se escucha el rumor de las olas.
El
hotel tiene una ubicación ventajosa porque en su alrededores hay bulevares e
instituciones históricas. En la entrada llama la atención un afiche donde se
invita a disolver los problemas en una taza de café. Eso me recuerda algo
parecido en Venezuela en uno de esos establecimientos: La vida empieza después
de la primera taza de café.
[Diluye
tus problemas en un café]
En la recepción nos reciben amablemente. Hay
folletos donde se explica la conducta decente que debe ser observada con
respecto a las costumbres de los musulmanes. Nuestra habitación se ubica en el
tercer piso. Es amplia, tiene balcón desde
el cual se ven una escultura y el edificio de un teatro. La estatua es de la
cantante soviética, nacida en Daguestán, Bariyat
Murádova, detrás de la cual está el Teatro musical y dramático de Kumyk*
que lleva el nombre de A.P. Salavatov, un poeta y dramaturgo daguestaní.
Nota:
*Los
cumucos (Kumyk)son un pueblo túrquico
que vive en las repúblicas rusas de Daguestán. Hablan el idioma cumuco y
practican el islam, con algunos rituales religiosos que se remontan a tiempos
de su pasado preislámico.
[Bariyat
Murádova]
[Teatro
musical y dramático de Kumyk]
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