EN
EL PARQUE KALÓMENSKOE
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
1
El
día es claro y soleado. A las tres de la tarde vamos al Parque-Museo de
Kolómenskoe, lleno de historia y de una arquitectura fraguada sobre madera.
Caminamos por entre los senderos zigzagueantes de casa en casa hasta llegar la
estación de Metro “Ziozino”. Luego nos
montamos en un bus hasta la estación “Kashirskaia”. Atravesamos un viejo túnel hasta
llegar a la entrada del parque. Hay dos caminos. Escogemos el más largo por
error, y ; además ,el menos transitado. Caminamos cerca de dos horas. La zona
es boscosa. Nos detenemos para comer cerezas(Vishnia) con las que los rusos preparan sus mermeladas
para endulzar el té. Son rojas y ácidas. Las rojas
y oscuras son más dulces. Nos entretenemos haciendo varias paradas par comer esos
pequeños frutos , pero no vislumbramos los sitios históricos que queremos
visitar. Vemos un árbol de ciruelas (Slivok) ,pero están verdes. En otra partes
hay varias plantas de bayas de saúco (Buziná). No hay maduras y por eso
seguimos. Nos encontramos con una verja de hierro que encierra a una encina de
tronco muy ancho. Seguramente es muy antigua y por eso lo aíslan para
protegerlo.
2
Llegamos
hasta la una iglesia. Es la Iglesia de la Decapitación de Juan el Bautista en
Dyakov, construida aproximadamente en 1530 y ubicada en un cementerio ya
cerrado; sin embargo, hay varias tumbas dispersas con sus respectivas lápidas
en forma de féretro, y otras cubiertas con un cúmulo de tierra. El nombre del templo sugiere, según los
especialista, que fue dedicada al Iván el Terrible. Entramos al pequeño recinto,
de paredes rusticas blancas y techo muy alto, donde hace muy poco hubo misa. Los popes
caminan de un lado a otro. Algunas personas rezan y encienden largas y delgadas
velas.
3
Por
un largo sendero nos desplazamos lentamente. Bajamos y subimos extensos espacio
de escalinatas. En las laderas hay una gran depresión. Hacia la derecha está un
gran farallón. A la izquierda, el río
Moscú. Y a los lejos se divisa la ciudad bajo un cielo de un azul muy claro.
4
Llegamos
a la casa o “domik” de Pedro I. Una enorme estatua del zar está en la entrada. Data
de 1702 y está hecha de grandes troncos de madera. Cada entrada a un cuarto tiene un dintel muy
bajo y hay que inclinarse bastante para poder entrar. Supuestamente, se hacían
a esa altura para recordar a gente que debían quitarse el gorro invernal o
cualquier otra prenda colocada sobre la cabeza. La casita tiene dormitorio (la
cama nos parece muy pequeña para un zar que medía más de dos metros), comedor,
oficina, un cuarto con la mesa donde escribía Pedro I, y un cuarto para los
pajes. En cada apartado hay enseres antiguos: teteras, vasos, platos,
tenedores, instrumentos de navegación con catalejos y libros. Una vitrina tiene
una mano de bronce del zar, tomada directamente en vida del molde que hizo
sobre la arena. Una columna de madera tiene un gran clavo antiguo con la
estatura exacta de Pedro I: dos metros y cuatro centímetros.
5
Nos trasladamos hasta el Palacio del zar Alejo I. Son varias construcciones con cúpulas imponentes
y apariencias muy vistosa por las formas de los edificios y los colores
llamativos. Cerca, hay un teatro al aire libre. Gente sentada en muebles
mullidos y hasta en el suelo presencian una obra puesta en escena. Salimos del
territorio del parque. A lo lejos se oye el repican de unas campanas.
6
Mientras
esperamos el bus empieza a llover fuertemente. Es una lluvia que no
pronosticaron en el centro meteorológico. Un arcoíris se asoma en el cielo con
unos colores remarcados en su parte superior. Celebramos con vino
Castello , cabernet .de Krasnadarski. Krai.
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