miércoles, 31 de mayo de 2023

KASHTANKA Y UNOS LIBROS DE LATÍN

 

MIÉRCOLES . 31 DE MAYO. 2023




Salgo. Las calles están solitarias. Sopla un viento frío. Empieza una lluvia que poco a poco aumenta su volumen. Me gusta caminar bajo la lluvia. Entro en un pequeño parque con muchos árboles. Me siento en una cabina techada. Sacó un libro de mi morral. Es una costumbre o una manía cargar siempre un libro, no importa lo que haga, Leo un cuento de Chéjov: Kashtanka. Es un relato tierno sobre el amor a los animales y los circos de nuestra infancia que me hace recordar unas palabras de mi padre cuando una de mis hermanas recogió un perro perdido, lo trajo a la casa y le estuvo dando comida y cariño. El perro se acostumbró tanto que andaba por nuestra casa como si siempre hubiese estado con nosotros. Mi hermana le puso un nombre que ya no recuerdo.  A las semanas se presentó la dueña , reclamó su perro perdido, lo llamó con un nombre que no coincidía en nada con el que le puso mi hermana , por supuesto. El perro se acercó a la inoportuna señora moviendo su cola de alegría. La mujer   se marchó, y detrás de ella, muy dócilmente y con ladridos de gran contento, la siguió el perrito. Mi hermana se quedó llorando, y mi padre le dijo: “Quien le da pan a un perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro”. Sigo caminando y llego al edificio. En un estante hay unos libros viejos. La gente no lanza a la basura los libros que ya no necesita, sino que los coloca a la vista todos para que alguien los tomé si está en su gusto. Hay varios textos médicos. Yo tomo dos libros de un curso de latín para médicos. ¿Para que me los llevo? No sé. Tal vez quiero recordar que durante mis estudios tenía una asignatura de ese idioma para entender mejor la nomenclatura médica; y porque en ese entonces era obligatorio escribir las recetas sólo en la lengua de los romanos.

JARDÍN RESIDENCIAL MOSCOVITA